Por el ombligo quedamos atados
y nunca morirás en mi conciencia viseral.
Pusiste el pecho para alimentarme
y los silencios marcaron tus notas más agudas.
“Yo sé como tu voz perfuma la barba de los
/vientos.”
En el patio donde sonreía
Se fugó la palabra.
Cuidas con cuentos alados
y al recordarlos pienso en las mentiras.
“En un país más casto que la desnudez del
/agua.”
Por el ombligo quedamos atados
mientras miro tu ridícula escena.
“El cazador de pumas dice que el sol brota
/de tu mortero.”
1 comment:
qué bueno saber de que seguís escribiendo.
Un beso.
Ana
anapaoletti@gmail.com
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